Recientemente participamos en el concurso Arquine 25, las bases indicaban lo siguiente: un pabellón que, inserto en la ciudad de manera temporal, logre generar, a partir de su propio discurso, una propuesta innovadora y sostenible; que permita el desarrollo de un programa público abierto y que construya un lugar para la interacción entre arquitectura y ciudadanía. (https://arquine.com/concurso/pabellon-mextropoli-2023/)
Así que atendiendo a lo planteado en las bases desarrollamos una propuesta que rebasa los límites de la arquitectura para acariciar la idea de un objeto que en interacción con el ser humano, sea capaz de llevar a la reflexión sobre la construcción de la ciudad. Aquí les compartimos la memoria del proyecto y la lamina.
Un pabellón que haga interactuar a la ciudadanía con la arquitectura. En cierto sentido un objeto de carácter habitable y temporal es una pieza apetitosa para la curiosidad humana, pero ¿cómo hacemos que esta pieza de arquitectura logre motivar más allá de los sentidos? ¿Cómo logramos que las personas se cuestionen sobre la arquitectura y la ciudad? Creemos que una de las respuestas está, en la observación: Acto de reconocer y advertir un acto o suceso. Cualquier modificación de nuestra posición física en relación con lo observado alterará nuestra percepción de ello; cualquier cambio en nuestra línea visual ofrecerá una vista diferente de la habitual. (Schulz-Dornburg, 2000.). De manera que esta propuesta discurre mediante objetos capaces de ubicarse en cualquier punto de la ciudad y que permiten observar a voluntad (pero también ser observado). Les titulamos Rehilete Urbano y son una especie de observatorio itinerante. La idea es que estos objetos dispuestos en pares, constituidos por dos mamparas giratorias forradas en palma seca, con un fuste metálico y una base de concreto; sean capaces de recortar visualmente la escena urbana arquitectónica, permitiendo al usuario acentuar la trascendencia del objeto observado, la cual puede ser social, cultural, histórica, política, etc. todo dependiendo de la realidad de cada persona. Al alejarse el primer usuario, el rehilete será testigo mudo, evidencia inequívoca de un momento intimo que acaba de suceder, el cuál pasará a manos de alguien más y se reinventará, mutando de lo individual a lo colectivo, del refugio a la urbe.
Equipo:
Luis Moctezuma Gutiérrez
Camila Solano Solis
Josué Álvarez Morales